La primera vez que uno escucha La Leyenda del Espacio es algo especial (por supuesto, después de habérselo comprado decentemente en un tienda de discos, no quisiera yo ni cruzarme en la misma acera con alguno de esos despiadados piratiyas que usan la mula o el insuperable BitComet...). Las comparaciones son odiosas pero podríamos compararlo con meterselo un melocotón en almíbar por el culo...es placentero y entra suave y armoniosamente, pero uno sabe que de aquí a poco se va a arrepentir y que eso va a ser difícil de aceptar en público...
La Leyenda...comienza con El Canto del Butre (que no del buitre, no quisiera yo comparar a los cantantes pop con aves carroñeras de gran en-verga-dura) y durante los primeros 5 segundos se escucha el sonido típico de La Maldición (últimamente tanto The Ring como La Maldición me persiguen...mmm....).
Veo, veo....¿qué ves?
Pero esto no es más que una cortina de humo, las guitarras empiezan y en seguida escuchamos lo más típico de Los Planetas (una voz profunda y rasgada que si uno no está muy atento parece que habla en swajili, pero Nor!!!....es que estamos escuchando granaíno--que conste que hasta a un servidor le cuesta, ein--). Pues eso, entre versos que carecen de vocales y palabras que uno tiene que escuchar veinte veces para entenderlas, el disco avanza sin que nos demos cuenta de mucho entre tanta distorsión postmodernista trasnochada.
Pero lo diferente de este disco de Los Planetas es que no es una oda al gafapastismo o al pop drogadicto trasnochado, como muchos querrán ver...no, no, no....se supone que es un acto de sublimación de los diferentes artes del flamenco...¿ein?, pues eso que se supone que este disco es algo parecido a lo que cantaría Remedios Amaya puesta de tripis hasta el culo (vamos, como cuando la actuación de Eurovisón).
Remedios, Remedios...que ha subido el precio del choped-pork
Partiendo de la base que el 90% del universo odia a Los Planetas, este disco ha hecho que el otro 10% que iban de cool-pop-gafapasta hayan renegado, con lo cual nos encontramos con el típico disco menospreciado e incomprendido...vamos, lo ideal para que los amantes de las causas perdidas lo adoptemos (es que no encuentro otra razón por la que me guste).
Lo mismo muchos dirán que el mérito son las letras......?¿?¿?¿.....
"Me puse a beber un día en la fuente del saber y sólo logré entender que no hay filosofía que pueda comprender"
....mmmmm.....mmmmm.....en fin, luego en la canción suena mucho mejor, pero nos damos cuenta de que lo que en realidad mola es la distorsión/música y la letra perfectamente podría decir:
"Pollos, pollos, los de las patas gordas, pollos, pollos"
Pero lo chungo viene al final, cuando tras "Tendrá que haber un camino" (buena frase, la cual he dicho yo varias veces cuando a uno le echan a patadas de la Vogue a altas horas del amanecer y el estado de embriaguez le impide recordar por dónde llega uno al piso a parasitar ese día) te entran ganas de volver a escuchar el disco...uff, uff....
Lo dicho.....¿es grave, doctor?
Lo dicho.....¿es grave, doctor?